El lenguaje de Dios
Lenguaje de fe
Un hijo de Dios siempre habla palabras de fe y palabras de vida. Por difícil que sea su condición, sólo suelta por su boca lo que Dios dice, lo que Dios habla, lo que Dios piensa.
Sus palabras son de fortaleza, de ánimo, de esperanza, de cambio y de transformación. Esas son las palabras que salen de la boca de un representante de Dios, porque es un instrumento suyo.
Así hablaron Josué y Calé a la congregación en el desierto:
Si Jehová se agradare de nosotros, él nos llevará a esta tierra, y nos la entregará; tierra que fluye leche y miel.
Números 14:8
Mientras que los demás espías se quejaban y alborotaban a la congregación, ellos como representantes de Dios hablaban palabra de vida, de ánimo y de fe; porque es el lenguaje que debe tener un hijo de Dios.
Por tanto, no seáis rebeldes contra Jehová, ni temáis al pueblo de esta tierra; porque nosotros los comeremos como pan; su amparo se ha apartado de ellos, y con nosotros está Jehová; no los temáis.
Números 14:9
El lenguaje de queja y de murmuración es una rebeldía delante de Dios. Como hijos de Dios, aunque de forma natural las cosas no parecen ir bien, debemos permanecer creyendo en Dios, y debemos expresarlo con nuestra boca declarando palabras de vida.
El lenguaje de quejas, de críticas y de murmuración no es el lenguaje de Dios, sino de satanás. El lenguaje de Dios es de sanidad, de solución y de fe.
Las personas que le creen a Dios tienen actitudes diferentes frente a las situaciones adversas, y declaran con su boca de acuerdo a lo que creen. Ellos hablan como Dios habla, y de la forma que Dios habla, porque conocen su Dios y viven en libertad con Él.
La condición espiritual de una persona se refleja en su forma de hablar, dependiendo de su nivel espiritual así hablará. Si tiene un lenguaje de quejas, de crítica o de murmuración, es una persona que no ha sido libre totalmente, y permanece en esclavitud.
¿Cuál es el lenguaje que refleja libertad? Un lenguaje de libertad es un lenguaje fe. Todo el que ha conocido a Dios vive en libertad, y esa libertad se refleja en un lenguaje de fe y de victoria.
¿Hasta cuándo oiré esta depravada multitud que murmura contra mí, las querellas de los hijos de Israel, que de mí se quejan?
Números 14:27
No creer en lo que Dios dice y pronunciar lo contrario a su palabra es una murmuración contra Él. Si Dios dice estarás bien, tú no debes decir lo contrario a eso, porque eso desagrada a Dios.
Las quejas, son una forma de murmurar a Dios, porque si eres su hijo o hija, Él tiene el control de ti. Entonces, si algo te acontece no debes quejarte, sino debes clamar a Él y dar gracias, porque Él es tu Padre.
Te imaginas que todo lo que te acontece es la voluntad de Dios y tu dejándote de todo? Los hijos de Dios no se quejan, sólo dan gracias, y en todo acontecimiento pueden ver en el espíritu lo que Dios hará a su favor.
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