Dios escucha y responde tu oración

 


Dios oye tu oración.

A veces estamos clamando a Dios por algo, y hace rato que Él  está respondiendo a nuestro clamor. Claro, no quizás de acuerdo a lo  que queremos ver o de acuerdo a nuestra condición humana; pero si  está respondiendo. Lo que pasa es que nosotros en nuestra ceguera  espiritual, enfocados en lo que queremos ver, no apreciamos las  respuestas de Dios para nuestras vidas.

Pero esto es muy peligroso;  porque cuando estamos en ceguera espiritual, y enfocados en lo que  queremos; nunca vamos a ver la respuesta del Todopoderoso a  nuestro clamor. Esta condición de desenfoque mientras clamamos al  Padre, es de ponerle atención, ya que esto nos puede llevar a una  frustración fatal, debido a no poder ver la respuesta de parte de Dios a nuestra oración. 🙏🙏

Nuestro enfoque no debe estar solo en lo que queremos ver, sino en  lo que Dios quiere. Cuando estamos solo atentos a lo que queremos,  esto nos desenfoca de lo que quiere el Padre, y desenfocados del plan  de Dios, no vamos a llegar lejos. Solo podemos llegar a donde Dios dijo, cuando podemos  mantener una buena relación con Él y cuando nuestro clamor puede  conectar con lo que Él es. 

Es por esto que tenemos que clamar a Dios entendiendo quién es  Él, reconociendo su soberanía y poder absoluto, para pedir a Él de  acuerdo a su voluntad. Haciéndolo de esta manera, entonces  tendremos conexión con Él, y una buena relación con nuestro Padre Celestial. 

Tenemos que ir al Padre con manos  vacías, tenemos que ir como niños, renovados y cambiados, para  poder entrar en su presencia y conectar con lo que es su voluntad. Si nos dirigimos a Dios como hijos dependientes de él, y le entregamos  todo lo que somos, entonces entraremos en su presencia y  conectaremos con lo que está en su corazón. 


Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y  oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos;  entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré  su tierra. 

2 crónicas 7-14

Si vamos a Dios arrepentido de cualquier cosa mala que hayamos  hecho, (si nos devolvemos de los caminos incorrectos que estamos caminando) y nos acercamos a Dios, Él nos recibirá con los brazos  abiertos. Porque Dios siempre está pendiente de nuestros clamores, y  espera que vayamos a Él arrepentido; esa es su voluntad. 

Dios no  quiere que caminemos en caminos incorrectos, en caminos que no  son su voluntad. Él dice en su palabra, que estará atento a nuestros  clamores si nos apartamos de los malos caminos. ¿Y cuáles son esos  malos caminos? Son todos aquellos que no son de su agrado.  

Si nos dirigimos al Padre y buscamos su presencia arrepentidos, Él  escuchará nuestros clamores y nos perdonará. Aquí la palabra no nos  dice, que depende de lo que hayamos hecho; tampoco nos dice  ninguna otra condición, sino estas: «si se humilla mi pueblo, ora,  busca mi rostro, y se aparta de sus malos caminos. Yo oiré desde los  cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra. 

Si humillado en oración buscando el rostro del Padre, apartados de  los malos caminos; nada podrá impedir que nuestro clamor suba al  cielo y sea escuchado por Dios. Él lo está diciendo: yo oiré desde los  cielos, perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra. Pero tenemos que  humillarnos ante Él, apartarnos de todo aquello que nos impide  buscarle. ¿Y qué es humillarse? Humillarse es reconocer la condición  que tenemos, aquella condición en  la que nos encontramos. 



Por eso necesitamos orar con el conocimiento de nuestra  condición, y apartarnos de las cosas que nos impiden buscar a Dios.  Tenemos que reconocer aquellos comportamientos que nos alejan de Él; esas conductas que nos separan completamente de su presencia, que nos  llevan por caminos equivocados, pero que a nosotros nos parecen  correctos. Esas que nos tienen desviados y perdidos, aquellas que no nos dejan buscar su rostro.


Cuando nos humillamos en oración y nos dirigimos al Padre, Él nos  promete grandes bendiciones. Dios nos promete escuchar nuestras  oraciones, perdonar nuestros pecados y sanar nuestra tierra. Cuando  El Padre nos dice que va a escuchar nuestros clamores, esto significa  que cuando pidamos algo, Él nos lo dará si es su voluntad. El cielo se  manifestará, cuando pidas manifestación del cielo, Dios responderá, y  tú escucharás y verás la respuesta. 

Dios nos hace una promesa en su palabra, Él dice que nos  responderá, o sea, que el problema no es Dios, sino nosotros que  nos hemos alejado del camino, y por tanto, no lo podemos oír.   Hemos tomado un camino equivocado; pero Dios cuando  volvemos a Él (cuando volvemos en sí) Él nos recibe y nos perdona.  

Es el camino que llevamos (son nuestras actitudes totalmente alejadas  de lo que es Dios) esto es lo que nos tiene completamente  confundidos y desubicados, porque no tenemos comunicación con  Dios. El Padre quiere que clamemos a Él,  Dios nos quiere oír, Dios quiere mostrarnos su reino; Él quiere que  lo conozcamos más, pero para eso tenemos que humillarnos,  apartarnos de los malos caminos y reconciliarnos con Él. 


Publicar un comentario

0 Comentarios